
Hoy quiero contarles sobre una máquina que no es precisamente de carpintería pero que puede ser muy útil en cualquier taller. La amoladora es una herramienta portátil, que puede usarse para pequeños proyectos o para trabajos industriales, dependiendo que modelo elijamos o tengamos. Hay amoladoras chicas que llevan discos de 115 o 120 mm y amoladoras grandes que lleven discos de 180 y 230 mm.
La que yo tengo en el taller es la chiquita, la grande me parece muy tosca y poco maniobrable, me parece más para hacer trabajos de herrería y del tipo industrial. En cambio la chiquita es liviana, fácil de usar y a mi me resulta muy útil para varios trabajos.


Cambiándole el disco, se le puede dar varios usos: podemos cortar (cerámica, metal, acero, plástico), lijar, desbastar, pulir… Hay una gran variedad de discos para cada función que necesitemos, pero siempre es importante usar del tamaño adecuado y en la etiqueta de la maquina van a encontrar el diámetro correcto.



Parece ser que esta máquina tiene algo de mala fama…Y no es que la máquina sea peligrosa sino que es una máquina muy versátil y es por eso que la gente suele utilizarla inapropiadamente. Es muy muy importante nunca sacarle el protector, yo se que a veces puede molestar, pero como la palabra dice es un protector y la máquina no puede usarse sin él, no solo está para desviar las chispitas, si tuviéramos algún problema con el disco (puede aflojarse, romperse etc.) este lo frena o por lo menos lo desvía hacia abajo.
Les contaba que utilizo bastante esta herramienta pero nunca para carpintería, si bien hay un disco que sirve para cortar madera no es recomendable (yo no lo hago!) ya que la amoladora tiene una velocidad de giro promedio de 10.000 RPM y en lugar de cortar o desbastar la madera la quema. Además, y a mi parecer, el movimiento cambia cuando le ponemos un disco de estos y esto hace que no se pueda controlar tan bien la máquina, ¡así que prefiero no usarlo! Para cortar madera hay otras herramientas 😉
Espero que les sirvan estos posts y las ayude a amigarse con máquinas que quizás ya tienen en casa.